Keep holding on.

No tengo ganas de escribir bonito ni de leerlo para saber si al leerlo suena lindo, me da lo mismo, aunque sí, es verdad, claramente fue eso lo que hizo que volteara mi rostro y me percatara que si, lo había perdido todo, Pero para qué más si él también lo había perdido. La razón, la cordura, la discreción y el amor. Qué más da, él.... él! estaba perdido.
Y sigo dándome vueltas como si no puediera avanzar, y es probable que no lo pueda hacer a pesar que se me llena de vías por la cual yo pudiera circular libremente. Pero esta droga me mantiene de brazos atados. Tomo una taza de café, cuento hasta diez y... cuántas habrán sido las veces que lo volví a preparar para sentirlo dulce? Más de 6, pero al final de todo me eché una galleta a la boca y ahí, justo ahí supe que mi café jamás estaría dulce... Mi vida ya estaba amarga.
Es casi una inocencia estúpida.
Es una estupidez que me desespera. Si miro todos los días a mi alrededor y sí, está todo bien, es más debería decir que es la primera vez que me siento tan plena. Era simple, cerrar los ojos, guardar tus respiros, presionar tu corazón y decir que ya el amor estaba acabado. Sí, está muy claro, lo hice pero es esa maldita droga que me deja estupefacta ante tanta mentira, y es que me sonríen deseando lo mejor porque lo merezco, quizás ni siquiera lo merezco pero lo agradezco porque yo les deseo lo mismo. Pero al final miro un poco más allá y lo mismo que me desean también está para otro. Y es tanta la impotencia, solo quiero verte llorar. Pero qué, me sigo aferrando, porque todo es demasiado hermoso, es un momento perfecto y a ti, sí, a ti te lo agradezco. Cuesta asumirlo, pero al final de todo uno solita se para, abrocha sus pantalones se moja el pelo, se peina, se maquilla y sale contra el mundo.
Eso lo he hecho desde que tengo uso de razón, pero tú hiciste que la perdiera