Me levanté con las ganas de seguir con las mismas ganas. Quise ordenar mis cosas, pero mi retorcida mente no me lo permitió porque sería como cambiar mis sentidos, mi mente, mis pensamientos y mi manera de ser completa.
Pero me dirigí a un cajón que por tres años no he querido abrir.
A penas me acerqué, sentí olor a pez de castilla. Me dolió la guatita y una pequeña mueca se dibujó en mi cara, porque me miré de inmediato al espejo y era otro el reflejo. Un reflejo que jamás había visto, un reflejo que me hizo suspirar y pensar automáticamente que todo podría funcionar otra vez. Que ya no miraría fotos ni escucharía música pensando en lo lindo y maravilloso que fue, sino que pensando en lo hermoso que volverá a ser.
Abrí el cajón con delicadeza y sentí olor a sala de ensayo, sentí el frío que provoca al principio, pero lo sofocante que es después, escuché pez de castilla rompiéndose al ser aplastada por una zapatilla de punta en la cajita de madera y respiraciones profundas al elongar.Infinitos recuerdos vinieron a mi mente y disfruté uno a uno. Comencé a ver la ropa de ensayo y mi felicidad no podía ser más absoluta.
No me importa nada, sé que aún falta, debe pasar el tiempo. Hay varias heridas que sanar antes de comenzar con lo que dejé a medias. Tengo que trabajar duro para recuperar los tres años perdidos y por sobre todas las cosas, dejar de ver la comida como un asunto negativo y volver a sentir y comportarme como una persona normal frente a eso. Ya que fue precisamente eso lo que me dejó por el suelo.
Ahora no me da miedo nada, al contrario. Quiero hacer las cosas muy bien, sé que los que me quieren me apoyarán mi familia, pololo y eso es lo único que me importa. Tengo que sacarme la cresta en la U y no importa lo sacrificado que eso sea al momento de volver a bailar, lo voy a lograr porque para muchos no es novedad que es lo que más amo en la vida y que es lo único que quería volver a hacer. Como único amor en mi vida, me la jugaré por completo y si tengo que sacrificar mis tiempos libres, mi vida social o lo que sea, lo haré. Así fue desde los 6 años y lo pude superar, dudo que ahora sea problema.
Quiero que pasen luego los días, recuperarme y empezar a prepararme.
No puedo más de felicidad.
La danza es lo único que necesito en mi vida.
